Cuando conocimos a Sara, vivía con el temor de verse obligada a abandonar su pequeña ciudad de Nebraska.

Como muchos de nuestros vecinos inmigrantes y refugiados, se sentía cada vez más aislada. Sin un estatus legal y luchando por encontrar recursos en español, incluso tender la mano le parecía imposible.

Pero la historia de Sara no acabó ahí.

El equipo jurídico del Center for Immigrant and Refugee Advancement (CIRA) la guió a través del proceso de asilo y la ayudó a conseguir un permiso de trabajo. Cuando los traumas del pasado le dificultaron compartir los detalles de su caso, nuestros trabajadores sociales le proporcionaron apoyo. 

A pesar de las dificultades, Sara obtuvo asilo. Y a través de nuestro programa de empleo, recibió apoyo adicional para construir un futuro estable para su familia.

En estos momentos, decenas de miles de ciudadanos de Nebraska corren el riesgo de ser deportados, la mayoría sin representación legal. 

Como Sara, nos negamos a perder la esperanza. 

Su donación deducible de impuestos a final de año garantiza que podamos ayudar a más personas como Sara en 2025.